Básicamente, se trata de los programas que más utilicemos y las aplicaciones más potentes que  tengamos instaladas  en el ordenador y que consumen muchos recursos. De los más utilizados, encontramos  las suites como office de Microsoft. Aunque aparentemente  el escribir en un documento  de texto no aparece  que deba consumir muchos recursos, la realidad es otra, este tipo de aplicaciones ofrecen muchas utilidades  que están actuando y que consumen rendimiento del ordenador,  algunas de ellas, además, instalan en el sistema programas residentes  en memoria que actúan de lanzaderas que aceleran  la puesta en marcha del programa. No utilizaremos la suite de ofimática, tendemos un programa consumiendo recursos inútilmente. También  existe la posibilidad  de utilizar aquellos que nos ayuden a optimizar el funcionamiento  de estas aplicaciones. En el caso de aplicaciones con gran consumo de recursos, como editores de imágenes o de video.